jueves, 4 de junio de 2009

El gato me robó 45 minutos


Hola, es la primera vez que pruebo esto, es probable que no termine esta oración sin antes borrarlo...bueno creo que lo dejé. Es la mejor forma de ver la evolución de pensamiento.

No es el mejor día para empezarlo. El gato maulló sin cesar a las 6 de la mañana, bueno no tan puntual, creo que algunos minutos después. Creí que necesitaba comida, pero no. He notado que a mi gato le gusta que lo miren cuando come y hace sus necesidades. Estas últimas fueron la razón de tanto escándalo. Saqué cuentas y deben haber pasado unas 6 horas desde la última vez que lo miré, pero esta amorosa criatura no hace ni el más mínimo esfuerzo de contentarse con sus propias urgencias.

Cuando me vio tambaleando y con los ojos a medio abrir, corrió e hizo sus maniobras acostumbradas en el recipiente de arena. Lo más extraño fue escucharlo. Sus maulladas se redujeron a un simple adorno después de escucharle otro sonido no salido de la parte frontal de su cuerpito. Hasta él se espantó. Giro hasta donde había escuchado las vibraciones y usó su instinto: olió...

Mala, mala idea. Acto seguido corrió a toda velocidad buscando desaparecer de la cobertura de semejante bomba biológica.

Me hizo reír. Se me fue el sueño.

Ahora que llevo siete horas despierto siento el cansancio.

Me hubiera gustado empezar esto inspirado, con una alta taza de probabilidades de impactar al lector, pero creo no estar en mi mejor momento.

He tratado de cumplir mis obligaciones, pero la monotonía tecnológica me ha invitado a hacer algo completamente fuera de los hábitos. Empezar este Blog.

Creo que mañana por fin estaré a la altura de esta vara. Me comprometo a dormir más de la ocho horas saludables y presentarme con una foto idiológica más acabada.

Aquí estaré.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Búsqueda personalizada
Contatori per sitocontadores web